Ayer pasé la tarde en el Liceu para disfrutar de un espectáculo fantástico. Todo un Don Giovanni de Mozart, un placer para los sentidos en lo mejor de los escenarios posibles en nuestro país. No es que disfrutase de una buena localidad, pero al menos el precio fue razonable que compensa el dolor de cuello y espalda.
La interpretación fue magnífica por parte de todos los cantantes tanto en canto como en la interpretación.
Es difícil hacer destacar a ninguno de los intérpretes ya que todos hacieron un papel espléndido.
La orquesta, dirigida por Haider, desempeñó un papel muy digno dentro la actuación y todos recibieron su recompensa en una ovación bastante larga.
De la dirección de escena de Calixto Bieito decir que es rompedora, para mi gusto poco original (sí dentro de un escenario como el Liceo) con recursos humorísticos propios de Pajares y Esteso que ni son divertidos, pero tampoco es para morirse por el escándalo. Yo lo definiría en su conjunto de curioso, muy curioso y una prueba a los intérpretes que tienen que moverse por el escenario esquivando toda la suciedad que van tirando.
